2/23/2010

"Non calentare Cascos..."

Sí, sí, la familia es uno de los principios básicos. A mí [el divorcio, el aborto y las relaciones prematrimoniales], son temas que no me escandalizan. Lo que ocurre es que en función del código ético de cada uno, hay una serie de problemas que luego hay que resolver a nivel de la sociedad general. Para mí el principio es que la familia es indivisible. Lo que no se puede es hacer una regulación normal en el divorcio, cuando ni siquiera se respeta esa libertad individual de las personas a elegir su estado familiar. El Estado ha de tener un código ético que es defender la familia indivisible (…) Contra lo que estoy es contra la forma de divorcio aprobada en España.

Esto que parece sacado de las catacumbas del franquismo , las peroratas del padre Peyton (el del rosario en familia) y la madre (que la parió) Pilar Primo de Rivera y Saenz de Heredia, es una perla de una entrevista a Alvarez Cascos en la Hoja del Lunes de Gijón en 1981. Buena parte de la prensa conservadora dan como hecho que Cascos se presenta a candidato en Asturias con el beneplácito de Rajoy y el voto en contra de Cospedal, pero en el PP de aqui no saben si reir o llorar, excepto sus mas fervientes admiradores, Pelayo Roces y poco más, el resto estan acojonados porque saben que el señorito Cascos les tiene ganas. Ya se que que lo del Ministerio de Igualdad da para largo, aunque al fin sabremos el mapa de la "terra incógnita" (para algunos es inutil,como decía el mas listo de mi barrio "al que no sabe joder, hasta los pelos le molestan") y de hecho se han empeñado en que sobre ministra, ministerio y las rumberas feministas, pero el año que queda para las elecciones municipales y autonómicas puede ser divertido y sorprendente.

Salud

P.D.: No se como sonará esto desde la optica de nuestro tertuliano destacado en el caribe mas pobre, destruido por un pequeño ajuste de placas tectónicas y una historia de desidia, abandono y explotación. Cuando el gran terremoto de Lisboa, de 1755, en el que murieron supuestamente mas de 100.000 personas (se dice que Lisboa tenia unos 375.000 habitantes, muchos murieron y tambien unos 4000 en España, 400 en Lepe...) los obispos, siempre caritativos, lo atribuyeron a un castigo divino por los pecados del mundo, y se originó un debate entre Voltaire y Rousseau sobre Dios y su existencia y magnanimidad. Pero se salió fortalecido porque el cataclismo fue el inicio de la sismología moderna, que nos permite entender mejor la naturaleza y su dinámica, que la final será lo que nos salve de la ignorancia, de la barbarie y de las religiones.

Los martes, ni te cases ni te embarques,
como mucho, una tertulia...

2/19/2010

Flores de papel

"No dejes que la realidad (o la verdad) te arruine una buena noticia, o...un buen negocio", es lo que debieron pensar en la Fundación Gustavo Bueno (Gustavo Bueno y sus vástagos) cuando en la parcela en construcción del Museo de Bellas Artes aparecieron los restos de una fuente rómana del siglo II, que echaba para atras unos siglos el montaje de los XII de Oviedin, que habían preparado con esmero para el ayuntamiento. Hoy sabemos además que el ayuntamiento les pagó a esta generosamente subvencionada fundación mas de 800.000 euros, que ellos a su vez subcontrataron a la empresa de una de sus hijas, y que por la exposición que instalaron en el café Español pasaron no mas de 7000 visitantes, por lo que tuvo que adelantarse su cierre. Lo que se llama un negocio redondo, para la Fundación, y ruinoso para la cosa pública, pero como los actuales gestores de la City, aquellos que acusaron al último alcalde socialista de dejar 2000 millones (de pesetas de la época) sin gastar, son liberales de nuevo cuño y lo público está de más, pues que carge con el mico.

Como tenemos que ir acostumbrandonos a que la información municipal está cada vez más en el apartado de sucesos, el artículo de Alvite viene que ni pintao.

Flores de papel
J.L. Alvite

En mi época de redactor de sucesos, al gitano Dimas Jiménez Gabarri le gustaba que escribiese sobre él. A cambio de algún dinero me contaba en exclusiva sus delitos. Solía rondar la puerta del periódico o me esperaba en los locales donde yo solía tomar las copas a deshora. Le gustaba beber una mezcla de ron, güisqui y ginebra que casi lo dejaba sin voz con cada trago. «Una vez maté a un hombre cerca del hotel Atlántico en A Coruña, pero los detalles te van a costar cinco mil pesetas, periodista». «No puedo darte tanto dinero. Me estás empobreciendo, ¿sabes?», le dije. «¡Un asesinato! ¡Te hablo de un asesinato! ¿Cuántos asesinatos cuentas cada año en tu puto periódico? Con saña, ¿comprendes?, clavándole unas tijeras hasta ensangrentar el codo. ¿El motivo? No sé… creo que fue un arrebato; estaba algo pasado de copas… Si quieres, podríamos ponernos de acuerdo en los detalles». «Estás borracho, Dimas. Aunque trajeses contigo el cadáver, no sabría si creerte. Además, un asesinato con tijeras no se cotiza tanto. Esa sangre sólo es costura, ¿comprendes?, una verdadera mariconada. ¿Cómo es que llevabas encima unas tijeras?». El gitano esperó a recuperar la voz después de un trago. «Flores. Hago flores de papel. Cosas del psicólogo de la cárcel. Cree que me puedo reinsertar vendiendo jodidas flores de papel. Según mis cálculos tendría que vender ocho mil flores cada día para pagarme la comida. ¿Y a quién cojones puede venderle ocho mil flores un gitano? ¡Y de papel! ¿Cómo demonios quieren que renuncie a ser un delincuente? Tendría que vender cada flor al precio que cuesta un libro. ¿Te imaginas? Viviría del papel, como vives tú, aunque casi ni sé dibujar mi nombre». Aquella noche me armé de dignidad y no le compré su crimen al bueno de Dimas. Él se puso furioso y estrelló el vaso contra la botellería del bar. Se le humedecieron los ojos. «¡Por el amor de Dios, Dimas!, ¿por qué te pones así? No puedo pagarte lo que pides, eso es todo. No me lo permiten ni mi bolsillo ni mi conciencia. Tus miserias me están arruinando. Duermo mal cada vez que pienso que me cuestas más dinero que mi propia familia». Dimas se largó dando tumbos y yo esperé a que el tipo del bar calculase los desperfectos. La factura fue tan elevada que, sinceramente, me volví a casa pensando que me habría salido más barato que el gitano asesinase allí mismo al camarero.